Obviamente, lo primero que tenemos que hacer es cambiar los hábitos que llevan a nuestros labios agrietarse, como por ejemplo morderse los labios o respirar por la boca.
Los labios también se agrietan por el frío, el viento, una exposición prolongada al sol sin protector, beber poca agua o por falta de vitamina A, entre otras causas.
Sin embargo, hay muchas maneras de cuidarlos que ayudarán a reducir las molestias de los labios resecos y agrietados:
Pinta los labios con frecuencia. La mayoría de los labiales actuales contienen fórmulas que evitan que se agrieten, y poseen vitaminas y ácidos grasos esenciales.
Evita el uso de los lápices indelebles porque tienden a resecar más la piel. Usa humectantes que tengan protector solar.
Usa protector labial y renuevalo cada tanto, por ejemplo, luego de beber.
Por la noche, puedes usar cremas para el contorno de los labios o manteca de cacao, con esta costumbre, tus labios amanecerán hidratados. Si ya los tienes agrietados, puedes curarlos extendiendo sobre ellos una fina capa de miel varias veces al día.
Prueba cual es el mejor remedio para tu caso, pero si la situación persiste por un tiempo prolongado, no dudes en consultar a un médico.